La noticia la oí por el radio cuando me bajaba del auto para abordar el transporte empresarial que me lleva a la empresa donde laboro.
Me quedé unos minutos para escuchar al locutor anunciar el fallecimiento de Carlos Fuentes . No escuche las causas, francamente las causas son secundarias cuando lo que importa es que se haya ido alguien que trascendió fronteras e idiomas.
Ya en la oficina la primer persona que llega a mi lugar es El Filósofo de la Industrias del Vidrio, tipo afable al que me unen gustos comunes por la música, la lectura e ideas afines que me hacen considerarlo uno de esos amigos hechos no en la infancia, sino en etapa ya madura. Nos fundimos en un abrazo y me dice:
“Nos estamos quedando solos !”
La frase nos le hemos repetido desde hace unos tres años para acá…creo que la empezamos cuando se nos fue Mario Benedetti en el 2009 y nos siguió el dolor al año siguiente con Carlos Monsiváis y German Dehesa. Estos separados apenas por unos cuantos meses entre sí.
Luego el año pasado partió Cabral antes de tiempo.
Hoy con la muerte de Carlos Fuentes, el sentimiento de orfandad ….intelectual es casi agresivo. Lacerante.
Hemos conversado en el transcurso del día el Filósofo y yo, y hemos coincidido – como generalmente lo hacemos en las cosas que importan, que tanto Mexicanos como extranjeros que se han ido, nos dejan un hueco imposible de llenar no sólo en el ámbito de las letras – lo cual es obvio – sino en el aspecto humano y pensante de la sociedad. Fuentes como Monsiváis y Dehesa eran las “buenas conciencias” – las de verdad no las del título homónimo de Fuentes – que nos guiaban como sociedad.
Sus opiniones, siempre bien intencionadas y HONESTAS ya no serán escuchadas, y esa es la verdadera y gran pérdida.
Apenas ayer leía en el Norte un artículo sobre Elena Poniatowska que en dos días más cumplirá ochenta años y en él hablaba de sus convicciones, de esos compromisos forjados desde su juventud con una ideología que no permite componendas ni engaños…lo leí y pensaba…que hermosa mujer, que admirable…nos hace falta más gente como ella….eso pensaba ayer por la mañana y esta noche le tengo que restar a mi mundo una más.
Carlos Fuentes, que puedo decir de él…que quizá su nombre lo asocié más en un principio como escritor o adaptador de películas como El Gallo de Oro, donde él y Gabriel García Márquez adaptaron una historia para llevarla al cine. O también en Los Caifanes – película sesentera con un retrato de la Mexicanidad de esa época con todo y su brecha de clases, perfectamente aplicable al México de hoy.
No puedo decir que haya sido un fan de Fuentes, del que apenas y si he leído tres o cuatro novelas que encontré cuando apenas si andaba por los dieciocho años. Claro que a diferencia del candidato Priista, YO SI LAS RECUERDO Y SE DE QUE SE TRATAN…lo cual inevitablemente me lleva a recordar los comentarios de Fuentes de hace apenas cinco meses .
Durante una entrevista con la BBC. Mundo, Fuentes puntualizó: “Este señor tiene derecho a no leerme. Lo que no tiene derecho es a ser presidente de México a partir de la ignorancia, eso es lo grave”, dijo en referencia a que Peña le había adjudicado la autoría de la novela La Silla del Águila a Enrique Krauze, precisamente a uno de los más encarnizados detractores de Fuentes.
Y luego añadió que para la solución de los problemas en México se necesitaba de un estadista “que pueda conversar como par con Barack Obama, Angela Merkel o Nicolás Sarcozy”. Y Peña Nieto ? “no es un hombre capaz de hacerlo”.
Recapacitamos en eso el Filosofo y yo. En eso su comentario “La única posibilidad de una renovación, a pesar del candidato, es la izquierda con López Obrador". Lo mismo pensaba Monsiváis o Granados Chapa, o Poniatowska o Taibo II.
Si, definitivamente necesitamos mas gente de esta que se nos esta yendo…ojala que al menos sus pensamientos, sus ideas, sus quereres y sus pasiones se queden por mucho tiempo…..o al menos hasta julio del 2012, eso o que dejemos nuestro país en manos y mentes poco capaces…de esas que Fuentes escribía y describía muy bien……en sus libres o ante las cámaras.
Que en paz descanse
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